Muchas mujeres viven infelices, angustiadas y desesperadas debido a dificultades en relación con la sexualidad.
Considerando la importancia del sexo para nuestra salud física y emocional y para nuestra calidad de vida estos sentimientos son más que comprensibles.
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| Disfunción sexual femenina |
Estudios estiman que un poco más del 40% de las mujeres sufren de algún problema sexual.
Sin embargo, a pesar de que existan muchos médicos y clínicas especializadas en problemas sexuales masculinos, no existen prácticamente equivalentes para tratar específicamente de los problemas sexuales femeninos.
En la opinión de las hermanas Jennifer y Laura Berman, fundadoras de una de las más reputadas clínicas para la salud sexual de las mujeres de Estados Unidos "las enfermedades sexuales femeninas aún son menospreciadas por la comunidad medica". Según ellas "los mismos problemas que causan disfunción eréctil en los hombres, tales como diabetes, la presión alta y el alto nivel de colesterol y de muchos medicamentos utilizados para el tratamiento de estas enfermedades, pueden provocar la disfunción sexual en las mujeres".
De hecho, hasta muy recientemente las enfermedades sexuales femeninas eran ignoradas por los médicos que las clasificaban como psicológicas o emocionales.
A pesar de ya estar ocurriendo un cambio en relación a esta postura, aún es común oír a médicos y otros profesionales del área de salud que se refieren a las quejas de las mujeres sobre la sexualidad como resultantes de problemas emocionales, de relación, de cansancio o de estrés.
Cuando la mujer se encuentra en la etapa de pre y post menopausia por ejemplo, la postura más común de los médicos es que consideren las quejas como normales y una consecuencia natural de la "edad"...
No queremos decir con esto que no existan mujeres con problemas emocionales, psicológicos e incluso culturales que resulten en dificultades en el área sexual, pero no son todas y mucho menos la mayoría.
Uno de los problemas físicos identificados como causantes de una menor respuesta sexual en las mujeres es la reducción del flujo sanguíneo para la vagina y para el útero.
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Actualmente, gracias a estudios efectuados en algunas clínicas sobre la salud sexual de las mujeres, ya existen aparatos y técnicas para examinar y medir el buen funcionamiento muscular de la vagina y del clítoris y la circulación de sangre para la región pélvica y, de este modo, poder hacer un diagnostico más adecuado.
Pero aún existen muchas dificultades. Además de que estas técnicas y exámenes aún son poco difundidos y conocidos, es preciso cambiar la postura de la comunidad medica en relación a esta cuestión.
El desinterés medico en relación al asunto ha sido tan grande que la anatomía sexual femenina sigue sin ser tan conocida con el mismo nivel de detalle que se conoce la masculina.
Para que nos hagamos una idea, en el año 1998 la Dra. Helen El`Connell, una uróloga australiana, descubrió que el clítoris era dos veces mayor que el descrito en los textos médicos!
¿Como explicar este desinterés o falta de atención por parte de los médicos?
Creemos que las causas son incontables: culturales, religiosas, sociales, pero creemos también que cabe que las mujeres exijan y que demanden atención más cuidadosa para sus problemas.
Necesitamos recibir la misma atención que los hombres y exigir el tratamiento adecuado tanto para el dolor, cuando fuera el caso, como para aumentar nuestro placer sexual.
Una de las formas de exigir y recibir la atención que merecemos es conocer un poco las diversas causas de la disfunción sexual y hacer valer nuestros derechos para un tratamiento adecuado.
Recientemente los especialistas clasificaron la disfunción sexual femenina en cuatro categorías: trastorno del deseo sexual hipo-activo, trastorno de la excitación sexual, trastorno orgásmico y trastornos de los dolores sexuales.
Varios estudios clínicos de los últimos años informan sobre los beneficios de los suplementos naturales para recuperar el deseo sexual, así como para aumentar la libido de la mujer y tratar la disfunción sexual. Lo más destacable de estos suplementos es que se trata de productos totalmente naturales, fabricados a base de ingredientes que se han utilizado en diversas culturas durantes miles de años para tratar los problemas sexuales que siempre han existido tanto en hombres como en mujeres.
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